Explicación do día
En el año 2007 el campamento se convirtió en una vuelta ciclista y en el 2013 fuimos pilotos de Fórmula 1. En ambos casos deportes que como sabéis son buenos para la salud por que entre otras cosas mueven el corazón. Igual que se nos mueve el corazón cada vez que hablamos con nuestro padre Dios.
Un día uno de sus discípulos le pidió a Jesús que los enseñara a orar y Él lo hizo, enseñándoles la oración del Padrenuestro. Es así como Jesús nos regaló esta oración siendo la oración cristiana fundamental, la que todos nos sabemos, grandes y niños, la que rezamos en casa, en Misa. A esta oración también se le llama “Oración del Señor” porque nos la dejó Cristo y en esta oración pedimos las cosas en el orden que nos convienen. Dios sabe que es lo mejor para nosotros. A través del Padrenuestro vamos a hablar con nuestro Padre Dios. Se trata de vivir las palabras de esta oración, no solo de repetirlas sin fijarnos en lo que estamos diciendo. El Padrenuestro está formado por un saludo y siete peticiones.
Padre nuestro que estás en el cielo. Con esta pequeña frase nos ponemos en presencia de Dios para adorarle, amarle y bendecirle.
PADRE: Al decirle Padre, nos reconocemos como hijos suyos y tenemos el deseo y el compromiso de portarnos como hijos de Dios, tratar de parecernos a Él. Confiamos en Dios porque es nuestro Padre.
NUESTRO: Al decir Padre Nuestro reconocemos todas las promesas de amor de Dios hacia nosotros. Dios ha querido ser nuestro Padre y Él es un Padre bueno, fiel y que nos ama muchísimo. “Padre Nuestro” porque es mío, de Jesús y de todos los cristianos.
QUE ESTÁS EN EL CIELO: El cielo no es un lugar sino una manera de estar. Dios está en los corazones que confían y creen en Él. Puede habitar en nosotros si se lo permitimos. Dios no está fuera del mundo, sino que su presencia abarca más allá de todo lo que podemos ver y tocar.
Santificado sea tu nombre. Con esto decimos que Dios sea alabado, santificado en cada nación, en cada hombre. Pedimos que sea santificado por nosotros que estamos en Él, pero también por los otros a los que todavía no les llega la gracia de Dios. Expresamos a Dios nuestro deseo de que todos los hombres lo conozcan y le estén agradecidos por su amor.
Venga a nosotros tu reino. Al hablar del Reino de Dios, nos referimos a hacerlo presente en nuestra vida de todos los días, a tener a Cristo en nosotros para darlo a los demás y así hacer crecer su Reino; y también nos referimos a que esperamos a que Cristo regrese y sea la venida final del Reino de Dios.
Hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo. La voluntad de Dios, lo que quiere Dios para nosotros es nuestra salvación, que lleguemos a estar con Él.
Danos hoy nuestro pan de cada día. Al decir “danos” nos estamos dirigiendo a nuestro Padre con toda la confianza con la que se dirige un hijo a un padre. Al decir “nuestro pan” nos referimos tanto al pan de comida para satisfacer nuestras necesidades materiales como al pan del alma para satisfacer nuestras necesidades espirituales. En el mundo hay hambre de estos dos tipos, por lo que nosotros podemos ayudar a nuestros hermanos necesitados.
Perdona nuestras ofensas como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden. Los hombres pecamos y nos alejamos de Dios, por eso necesitamos pedirle perdón cuando lo ofendemos. Para poder recibir el amor de Dios necesitamos un corazón limpio y puro, no un corazón duro que no perdone los demás. Este perdón debe nacer del fondo del corazón. Para esto necesitamos de la ayuda del Espíritu Santo y recordar que el amor es más fuerte que el pecado.
No nos dejes caer en tentación. El pecado es el fruto de consentir la tentación, de decir sí a las invitaciones para obrar mal. Le pedimos que no nos deje tomar el camino que conduce hacia el pecado, hacia el mal. El Espíritu Santo nos ayuda a decir no a la tentación.
Y líbranos del mal. Le pedimos a Dios que nos guarde de las astucias del demonio. Pedimos por los males presentes, pasados y futuros. Pedimos estar en paz y en gracia para la venida de Cristo.
Como te das cuenta, al rezar el Padrenuestro, le pides mucha ayuda a Dios que seguramente Él te va a dar y al mismo tiempo te comprometes a vivir como hijo de Dios.
Actividades
Juegos Populares
El juego del pañuelo
Se enfrentan dos equipos. Se enumeran a los participantes desde el 1 hasta el número de miembros que sean. Cada equipo se pone en fila a cada extremo de la zona de juego, y el director del juego se pone entre las dos filas. Con el pañuelo en las manos en alto dirá un número. Los miembros de cada equipo a los que les correspondan ese número deberán salir corriendo por el pañuelo. No podrán tocar al jugador del equipo contrario si no lleva el pañuelo y tampoco podrán cruzar la línea intermedia imaginaria hasta que el contrario coja el pañuelo. Si lo hacen quedan eliminados. El que coja el pañuelo deberá volver con su equipo sin que el contrario lo atrape. Si lo atrapan, queda eliminado, si no lo atrapa, queda eliminado el contrario. A medida que el equipo vaya perdiendo jugadores, deberán repartirse los números de los eliminados.
Gana el equipo que consiga eliminar a todos los jugadores del equipo contrario.
La rayuela
Para empezar el juego, se dibujan 8 cuadrados con tiza en el suelo y se enumeran.
Se tira una ficha en el cuadrado que toca, se empieza por el cuadrado 1. Es necesario que la ficha caiga dentro del cuadrado, sin tocar las líneas, si no el jugador quedará eliminado. Tendrán que pasar por todos los cuadrados a la pata coja, excepto por el cuadrado que tiene la ficha que lo tendrán que saltar. No pueden pisar las líneas ni tocar el suelo con el otro pie, si no quedarán eliminados. Al llegar a los cuadrados en cruz, si ninguno de los dos cuadrados tiene ficha, pueden poner un pie en cada cuadrado simultáneamente. Al llegar a los cuadrados 7 y 8 tienen que girar, saltando 180º, y volver al principio. Cuando estén en el cuadrado anterior al que está la ficha, deben recogerla y completar el recorrido. Si consiguen hacer todo el recorrido sin fallar, continúan tirando la ficha en el cuadrado 2 y así sucesivamente. Por cada número que completen conseguirán un punto. Jugarán por turnos, primero un miembro de un equipo completando el recorrido del cuadrado 1, si lo consigue jugará otro jugador del equipo contrario. Cuando no se acierta con la ficha en el cuadrado, pisan una línea o toca el suelo con otro pie, pierde el turno y juega el miembro del equipo contrario. Cuando se reanuda el juego, se hacen desde el cuadrado en el que se falló.
Gana el equipo que primero consiga completar todo el recorrido o tenga más puntos.
Las chapas
El juego consiste en llevar una chapa desde el principio hasta el final de un recorrido hecho con tiza en el suelo. Será una chapa por equipo. Tendrán que hacerlo dándole golpecitos a la chapa sin salirse del recorrido, pudiendo golpear con su propia chapa a la del equipo contrario para echarlo y hacer que reinicie el recorrido. Si una chapa se sale de la pista volverá a iniciar el recorrido. En cada turno, cada miembro del equipo, tiene que dar tres golpes seguidos a la chapa de su equipo, dándole a la chapa con el dedo índice haciendo palanca con el pulgar. Si la chapa sale fuera del recorrido, vuelve a empezar. Es siempre obligatorio desplazar la chapa hacia adelante, aunque sea lateralmente. Si se consigue echar fuera la chapa del otro equipo, el otro jugador gana un golpe más.
Ganará el equipo que consiga terminar el recorrido.
La peonza
Dibujamos con tiza un círculo en el suelo, y se pone una chapa en el centro del círculo. Por turnos, se lanzará la peonza dentro del círculo con el objetivo de lanzar la chapa fuera del círculo. Cuando la peonza deje de girar, pasará el turno al otro equipo. Ganará el equipo que consiga sacar la chapa fuera do círculo.
Para complicar un poco más el juego, podemos jugar a otra variante. Lanzamos la peonza dentro del círculo para que gire y se recoge en la palma de la mano para lanzarla contra chapa. Se puede hacer eso varias veces hasta que la peonza deje de girar.
Algo de música
Canto sabes do campamento?
Taller
Con esta oración tratamos de aceptar de corazón que se haga Su voluntad y no de la persona que está en oración.
Oración
Imaxino que sempre escoitaches e rezaches o Noso Pai da mesma maneira que o facemos no campamento. O Noso Pai é para os cristiáns a oración fundamental na que se basea todo o que cremos. Rezalo achéganos ao Pai e fainos máis conscientes do que significa ser os seus fillos.
Por iso, neste momento comeza a oración dicindo: No nome do Pai, do fillo e do Espírito Santo.
Aproveita para poder facer esta oración coa túa familia ou algunha persoa coa que queiras compartir. Unide as vosas mans, ou no caso de estar só, estende as túas mans. Presta atención a cada frase que dis e o que pode significar. Xuntos rezade:
Noso Pai que estás no ceo
Santificado sexa o teu nome
Veña o teu Reino
E fágase a túa vontade
Aquí na terra coma no ceo
Danos hoxe o noso pan de cada día
Perdoa as nosas ofensas
Como tamén perdoamos nós a quen nos ten ofendido
Non nos deixes caer na tentación
Mais líbranos do mal
Amén
¿Algunha vez pensaches como diría Deus a oración aos seus fillos? Quizás esta imaxe che axude tamén a entender o que Xesús quixo dicirnos cando lla ensinou aos seus apóstolos.
Rematamos a oración no nome do Pai, do Fillo e do Espírito Santo.
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